Por Joaquín Maquieira Alonzo
Amenaza Roboto, 01.06.21
La Nube y la Seguridad El pasado 6 de mayo un ciberataque en Estados Unidos provocó el desabastecimiento de gasoil en estaciones de servicio.
Colonial Pipeline, la empresa que controla el gasoducto más importante de la Costa Este, se vio forzada a cortar el suministro de combustible para frenar un ataque de
ransomware. Esto es el cifrado de datos y el pedido de dinero como rescate, bajo la amenaza de publicar esa información o borrarla definitivamente.
La empresa pagó 4.4 millones de dólares por el rescate, y tras una semana, su funcionamiento volvió a la normalidad.
¿Qué debemos sacar en limpio de este evento?
I. No es necesario alcanzar la tecnología que controla infraestructuras físicas para lograr inhabilitarlas. El ataque no provocó el cierre del gasoducto: fue la empresa la que decidió apagarlo por temor a que el ataque avanzara. Esto puede repetirse en todos los sectores: basta con lesionar un área de la compañía para afectar sus servicios principales.
II. Sucede algo similar con la respuesta de los clientes finales. El ataque no afectó seriamente la capacidad de suministro de gasoil en los estados del Este, pero el temor de la población a quedarse sin combustible provocó colas en las estaciones y el aumento de precios. Si la industria afectada fuera la financiera, el efecto sería una corrida bancaria.
III. El ataque a Colonial Pipeline reavivó los debates públicos sobre prohibir o no el pago a los criminales, y sobre exigir o no estándares obligatorios de ciberseguridad a las empresas que controlan infraestructuras críticas.
¿Qué tiene que ver esto con la nube? Colonial Pipeline, así como la mayoría de las grandes empresas locales y globales, no tiene todos sus datos guardados en servidores dentro de sus oficinas. Esta clase de empresas utilizan distintos servicios de nube pública y privada (híbrida) de distintos proveedores (
multicloud). Como vimos en la
columna anterior, esto genera beneficios y reducción de costos, pero también crea vulnerabilidades si no se toman las precauciones adecuadas. En el mundo de la nube, los clientes y proveedores comparten responsabilidades en ciberseguridad.
¿Es segura la nube? Jorge Litvin comienza su libro
Hackeados con la siguiente frase: "Existen dos tipos de individuos: Los que fueron hackeados. Los que aún no se enteraron". Santiago Vallés, así como muchos otros expertos en ciberseguridad, afirma que la computadora más segura es la que está guardada con llave en una caja fuerte en el fondo del mar, pero es también la más inútil. Las amenazas y la elección entre eficiencia y seguridad son dos constantes del ciberespacio que hay que afrontar si migramos a la nube. Podemos aumentar la seguridad alojando nuestros servidores en una jaula privada dentro de un centro de datos, pero aun así la capacitación del personal IT involucrado va a jugar un rol fundamental. No hay tecnología mágica para la inmunidad digital. Las reglas (incluyendo los códigos) y las personas marcan el camino de la ciberseguridad.