El gobierno uruguayo sostiene en el Plan Nacional de Adaptación para la Zona Costera Ante la Variabilidad y el Cambio Climático que “el nivel de vulnerabilidad de los recursos costeros es alto, considerando cambios en las precipitaciones, descargas de los afluentes del Río de la Plata, modificación de los patrones de viento y aumento del nivel medio del mar".
En el mundo, el nivel del mar ha aumentado entre 21 y 24 centímetros en promedio desde 1880, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, y crece el doble de rápido hoy que 30 años atrás: pasó de crecer 2.1 milímetros por año entre 1993 y 2002, a 4.4 milímetros por año entre 2013 y 2022, según la
Organización Meteorológica Mundial (OMM).En la costa montevideana el nivel del mar creció 11 centímetros desde 1902 —a razón de 1,1 milímetro por año— y en la costa de Rocha más de 20 centímetros desde 1955 —a una velocidad de 1,4 milímetro por año— según una investigación sobre las tendencias del nivel del mar en Uruguay del oceanógrafo José Verocai y colaboradores, publicada en la revista científica International Journal of Marine Science. Además, el
estudio de referencia nacional realizado en 2019 por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria para el Ministerio de Ambiente uruguayo estima que el mar en Uruguay subirá entre 42 y 58 centímetros hacia 2100.
Las precipitaciones y los vientos también han aumentado y se proyecta que continuarán creciendo hacia finales del siglo XXI. Las precipitaciones medias anuales aumentaron 10-20% entre 1961 y 2017, de acuerdo al estudio Análisis del clima y escenarios de cambio y variabilidad climática en Uruguay,
del Departamento de Ciencias de la Atmósfera del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias. La investigación estima que para 2100, las lluvias acumuladas aumentarán 20-30% durante otoño y verano, y habrá mayor cantidad de eventos extremos.La velocidad de los vientos durante eventos extremos en la costa durante el invierno se intensificaron 10-20%, según el mismo estudio. A 2100, se prevé un incremento de estos eventos en invierno en la zona costera, con velocidades de hasta 200 km por hora en períodos cortos y de 100 en períodos largos.Pero no todas las modificaciones sobre el ambiente son explicadas por estas variables del cambio climático, cuyos principales responsables están fuera del alcance de la política nacional. “La intervención humana degrada mucho más el ambiente y expone aún más a las poblaciones vulnerables que la variación del mar de 1 milímetro por año", sostiene la doctora en Geología de la Universidad de Buenos Aires, Silvia Marcomini. Marcomini se ha dedicado a la investigación en geología ambiental, en particular de zonas costeras y explicó para este informe que además de tener en cuenta la variabilidad y cambio climático se debe considerar la acción humana y las políticas públicas locales.
Para la investigadora, el cambio climático no puede ser excusa para ocultar políticas públicas desacertadas. “Me preocupa esto porque los tomadores de decisión usan el cambio climático para no hacer otras cosas. Esconden tras el cambio climático las problemáticas ambientales de contaminación y sobreexplotación de recursos que estamos teniendo en estas zonas costeras, como desagües cloacales, basurales, urbanizaciones, megaemprendimientos que no cuidan el equilibrio ambiental de ninguna manera".Por lo pronto, como consecuencia de la acción humana y el cambio climático, la geografía de Montevideo será distinta a la actual. El análisis de las líneas de inundación del Ministerio de Ambiente muestra, para el escenario de cambio climático más extremo, que la capital de Uruguay perderá —para 2100 y ante eventos extremos— aproximadamente el 10% de su superficie. En la actualidad es de 200,7 kilómetros cuadrados.De acuerdo a este estudio, las inundaciones impactarán sobre la infraestructura de la ciudad, y sobre todo, afectarán de forma desigual a la población montevideana.