#innovadores #sie #MIT
Innovación con Impacto Social
Entrevista a Barbarita Lara
La científica chilena que integra la selecta lista de innovadores del futuro del MIT Technology Review


Por Natalia Arralde
El terremoto y tsunami que golpeó a Chile en 2010 marcó la carrera de Barbarita Lara. Tras el temblor, colapsaron todos los sistemas de comunicación, que ese mismo año habían migrado de analógico a digital.
La experiencia motivó a esta joven científica a idear el Sistema de Información de Emergencia (SIE) que permite el envío de mensajes a través de ondas de radio.

El SIE se instala en el teléfono celular como una aplicación y funciona incluso sin Internet. Los datos se emiten a través de ondas que son captadas por los micrófonos de los teléfonos y transformadas en mensajes escritos.

En el camino de emprender, Lara debió sortear diversos obstáculos, pero el año pasado su vida cambió, al ser destacada por la prestigiosa MIT Technology Review como una de las personas menores de 35 años que está construyendo las tecnologías del futuro. Lara es la primera chilena de la historia en integrar la selecta lista que integraron Mark Zuckerberg y Larry Page.
(EmTech Media Lab. Imagen cedida por Barbarita Lara)
¿En qué consiste el sistema de comunicación que creaste?

Es un sistema de emergencia que permite comunicar a la población afectada por un desastre natural, incluso si no hay Internet ni redes móviles. Nosotros utilizamos la infraestructura radial para poder crear un canal de comunicación y llegar en el peor momento de una catástrofe.

Se trata de una combinación de tecnologías analógicas y digitales que también permite que los teléfonos inteligentes envíen mensajes entre sí mediante una red inalámbrica habilitada específicamente para radio.
¿Qué te motivó a desarrollar el sistema? ¿Cómo despertó la idea?

Esto nace porque en el 2010 viví mi primer terremoto. Fue un temblor súper fuerte en Chile, de magnitud 8.8 (que en la escala de Richter se describe como cataclismo), que dejó más del 90% de la población aislada e incomunicada. Luego vino un tsunami que mató a 156 personas porque no fueron debidamente informadas. Ese año habíamos cortado todas las comunicaciones analógicas y todos se dieron cuenta que Chile no estaba preparada para recibir otro terremoto gigante siendo que tenía en su historia el temblor más grande del mundo. Eso me hizo sentir mucha impotencia.

Tuve una sensación de que iba a temblar y me fui a la casa de mis padres con mi hijo que tenía cuatro años y mi esposo se quedó en el noveno piso del edificio en el que vivíamos. Hubo ciertos temblores fuertes en Japón y siempre que pasa eso hay alguna refracción hacia Chile.

No pasó nada durante el día, pero nos fuimos a dormir y cuatro minutos después empezó el temblor, que duró muchísimo tiempo. Se cortó la luz y pensamos que se terminaba el mundo. Lo único que yo quería era comunicarme con mi esposo y todas las comunicaciones estaban colapsadas. Se me ocurrió prender el motor del auto y escuchar la radio, pero no había ninguna emisora chilena. Sin embargo, en el medio del caos, nos enteramos por una radio de Mendoza que habíamos sufrido un terremoto gigante, y que el epicentro estaba en el sur.

Me afectó mucho el terremoto, estuve como dos semanas sin poder dormir bien, pensando en todo, y con la impotencia de no poder hacer más.
¿En qué etapa de tu carrera te encontrabas cuando ocurrió el terremoto? Tenías las herramientas para poder materializar la idea? ¿Cómo viviste ese proceso?

Yo entraba a la universidad por segunda vez, tenía 24 años, y pensé que si en algún momento tenía que hacer algún proyecto, me iba a enfocar en esto, porque nadie lo iba a hacer. Así que cuando todo pasó quise hacer una prueba pasando un video codificado en Morse a través de un transmisor FM y recibir en un computador. Yo quería hacer la primera red interconectada de emergencia, ya que la radio puede llegar a todo el mundo, puede cruzar todo el planeta.

Cinco años después presenté el proyecto en una feria de software para propuestas de índole social. Se lo comenté a un amigo y a mi esposo, y entre los tres trabajamos en ponerle más matemática, más electrónica y mejorar la codificación. Formamos un equipo súper potente y ahora somos los inventores de esta tecnología y tenemos patente de inversión. Nueve años después de haber tenido la idea, ahora tenemos un método y un sistema nuevo para poder comunicar a las personas luego de una catástrofe.

¿Cómo llegaste a integrar la lista del MIT Technology Review?

En el 2017 cinco chilenos fuimos seleccionados por la MIT Technology Review como innovadores menores de 35 años a nivel latinoamericano, y eso para mí ya era gigante. La revista más antigua de tecnología del mundo, te está eligiendo a ti como un innovador joven que promete. Y después de todo eso, el mismo editor de la revista me sugirió que debía postular a la lista global, porque mi proyecto y perfil tenían el potencial para ser innovador a nivel mundial. Cuando recibí ese mail, no necesité nada más, esa comunicación para mí ya valía mucho.
"Yo siento que esto sí puede cambiar el mundo y puede tener un impacto global"
¿Cómo fueron las reacciones en Chile, en tu entorno?

Cuando se lo conté a la gente que me apoyó desde el comienzo, como la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido, no lo podían creer, pero también mucha gente me decía que era imposible que lo ganara, porque era chilena. Y yo pensé que por qué no. Yo siento que esto sí puede cambiar el mundo y puede tener un impacto global. Cuando empecé a salir de Chile y reflexionar más desde el extranjero, volví a decirme sí: esto es una solución que de verdad puede cambiar el mundo.

Al recibir la noticia del MIT Technology Review lloré sentada en un escritorio por muchos minutos sin entenderlo. Se demora mucho tiempo desde que estás nominada hasta que eres finalista y luego seleccionada. Habían pasado muchos meses y a mí ya se me había olvidado todo ese contexto. De pronto me llega este mail de felicitaciones en donde decía que era uno de los innovadores menores de 35 años a nivel mundial, y que estaba en la misma lista que Mark Zuckerberg y Larry Page, y yo no lo podía creer.

Fue muy gratificante. El año pasado hubo más mujeres que hombres en la lista de ganadores. Yo fui la única mujer latinoamericana presente y es la primera vez en la historia que un chileno integra la lista. Fueron muchas cosas al mismo tiempo, el honor de ser el primero nadie te lo puede quitar.

Luego, ir a Boston, al MIT Media Lab, al evento de tecnología emergente más grande del mundo, dar tu pitch y que tras eso la gente te entienda y se acerque a felicitarte, es un proceso gigante.
(S!E: Sistema de Información de Emergencia. Imagen cedida por Barbarita Lara)
¿En qué medida cambió tu vida desde entonces?

Esto ha sido un boom en mi vida. Desde julio no he parado, tuve que trabajar con un asistente porque no podía agendar entrevistas, no podía ir a todos los eventos. Ahora me convocan a dar charlas motivacionales, trato de inspirar a la gente, mostrar que sí se puede crear y aportar desde Chile, o desde cualquier lugar del mundo. Se puede hacer posible lo imposible. Para mí es un honor y me emociona mucho que hoy haya niñas que me digan: "Yo quiero ser como tú".
"La innovación pura es introducir un cambio y agregar valor. Ojalá que ese valor sea tener el mayor impacto social. Esa es la innovación más pura y más bonita que puedes encontrar"
¿A la hora de emprender una idea de impacto social, cuán difícil es conciliar la innovación con el modelo económico que permita llevarla adelante?

A mí me costó mucho salir adelante, mi vida fue hermosamente imperfecta, me cambié de carrera cuatro veces, de universidad dos veces, en un país donde en su momento la innovación fue vista como un modelo económico y sólo se fijaban en eso para apoyarla. Eso es totalmente equivocado, la innovación pura es introducir un cambio y agregar valor. Ojalá que ese valor sea tener el mayor impacto social. Esa es la innovación más pura y más bonita que puedes encontrar.

La diferencia que yo encontraba con la Real Academia de Ingeniería y el MIT, es que ellos se fijan en que la innovación tenga que ver con cumplir las metas de desarrollo sostenible de la ONU, como acabar con la pobreza o con problemas de impacto global. En ningún momento se cuestionaban las ventas. No era un tema. Suponían que si la idea era buena sería lo suficientemente rentable para poderla patentar.

Yo me siento súper realizada a todo nivel con mi equipo, mi historia y con poder ser un referente para las niñas, sobre todo en mi país y en el mundo. Siento que nos estamos acercando mucho a movimientos sociales más allá de estos unicornios que salen del emprendimiento. Creo que llama más la atención la gente que está cambiando el mundo a través de la innovación.
¿Cómo fue tu experiencia a la hora de buscar financiación?

Me costó. Latinoamérica tiene sociedades machistas donde la mujer se ve como la cónyuge que acompaña al esposo en su quehacer proveedor sin capacidad de proveer ni de crear. Una mujer independiente de más de 30 años con un hijo es el peor cliente para el banco, una muy mala combinación. Siempre me ofrecían la cuenta mujer, que decía "cuenta cónyuge".

Estoy llevando un movimiento de ciencia, tecnología, emprendimiento e innovación por ser la primera MIT chilena a nivel mundial, y ahora sí me escuchan. Te tienen que validar afuera para que te escuchen en tu país, cuando primero deberías haber recibido el apoyo de tu universidad. Aquí existe una validación muy extraña y muy apegada al título que uno tiene y eso a mí no me importa. Yo soy Ingeniera en Ejecución Informática, y no por eso voy a ser mejor o peor. El título a mí no me entrega técnicamente nada. El mejor ingeniero que tengo en la empresa no tiene un título universitario. El mejor ingeniero no se hace en la universidad sino con experiencia, aprendiendo día a día, solucionando problemas con ingenio. Y por eso a mí me gusta la idea de cambiar el mundo con la ingeniera, la ingeniería pura, la que lleva a resolver problemas de alto calibre con ingenio.

Logré SIE porque quise, no porque alguien me lo impuso o porque lo tenía que hacer, sino porque me lo propuse, yo quería entenderlo y quería dominarlo. Muchas cosas han ido cambiando porque hay gente que se ha atrevido a romper los esquemas. Nosotros lo estamos haciendo a través de una empresa (EMERCOM) que montamos con un equipo que se dedica a hacer soluciones disruptivas en comunicación, ingeniería y software. Tenemos una empresa de gente muy creativa que intenta entregarle algo a la sociedad más allá de un flujo de caja abultado.
(Equipo de EMERCOM. Imagen cedida por Barbarita Lara)

Barbarita Lara Martínez 33 años, madre, esposa, emprendedora social, speaker motivacional, Ingeniera de Ejecución en Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María, Directora de Girls in Tech - V región, CEO y cofundadora de EMERCOM, una compañía tecnológica que desarrolla soluciones disruptivas de comunicación. Jefa de Proyecto "S!E: Sistema de Información de Emergencia", sistema que permite enviar mensajes de emergencias a la población afectada por un desastre natural incluso cuando no hay Internet o redes móviles.

Barbarita Lara
Contenidos Relacionados
Contenidos XS de Amenaza Roboto
Tech & Twitter
Ideas breves sobre la tecnología y la sociedad.
Roboto News
Noticias tech en 3 minutos. Dale play!
Que comience el diálogo
¡Ponete en contacto con nosotros!